Jamaica te recibe con el abrazo de su vibra relajante y su sol reconfortante. Cuando te hastíes del frío y anheles un cálido paraíso, lánzate a la aventura en un crucero por el Caribe. La región está repleta de islas postales, por lo que destacarse entre esa multitud no es tarea fácil, pero Jamaica es como ninguna. Descubrirás un lugar radiante que despertará todos tus sentidos con el suave ritmo de su música, la desbordante simpatía de su gente, la vida animada en sus calles y su exquisita gastronomía.
En cuanto toques tierra en Gran Caimán, tu primera parada debe ser la Playa de las Siete Millas, ese renombrado tramo de paraíso playero en forma de creciente, de arenas suaves y aguas exageradamente cristalinas. Según te acerques, vislumbrarás el resplandor del mar, y mientras más te aproximes, más te asombrará su belleza. Cuando finalmente camines por la finísima arena, querrás correr para zambullirte en el agua. La Playa de las Siete Millas es un amplio paseo marítimo, abierto al público, bordeado a todo lo largo de lujosos resorts, restaurantes y bares. Podrás volar en parapente, hacer kayak o tabla de paddle, o simplemente relajarte en una hamaca.
Luego de admirar la hermosura de este extraordinario lugar, toma un tour para visitar las Islas Hermanas (Caimán Brac y Pequeña Caimán), que albergan más de 200 especies de aves y más iguanas que seres humanos. Los lugareños, con su habitual amabilidad, te indicarán los mejores puntos desde donde avistar las aves. Será una refrescante experiencia en la que parecerá detenerse el tiempo ante la magia de las Islas Caimán.
Si bien Roatán, en Honduras, está hecha para bucear, gran parte de su hermosura se encuentra tierra adentro. Deja el buceo para después y disfruta primero de la tirolina del Monkey Trail Canopy, en el parque de monos de Guarimba Park. Allí volarás por todo lo alto encima de la selva y avistarás monos y guacamayas en sus faenas cotidianas. Seguro que también verás a algún que otro perezoso colgado de una rama. Según los lugareños, los perezosos simbolizan la relajación, el sentido de fundamentación y la paciencia. No dudes que al verte ante esa venerada criatura, sentirás una sensación de esclarecimiento y suma relajación, y querrás vivir tu vida a un ritmo más pausado, igual que el majestuoso perezoso.
Después de explorar la selva, será hora de disfrutar lo mejor de Roatán: el buceo. La isla está resguardada por un gran arrecife coralino, donde nadan tranquilamente peces tropicales de brillantes colores, en contraste con el mar turquesa. Te sentirás en plena armonía con la naturaleza al atravesar la belleza del entorno submarino. Port Royal y Mary's Place están entre los mejores sitios del planeta para bucear o practicar esnórquel, entre jardines coralinos y los restos de dos famosos naufragios, el de la Odisea y el del Águila. Si te gusta la fotografía, captarás imágenes en este tramo del viaje de un mundo que pocas personas tienen la fortuna de presenciar.
Ubicada en la península de Yucatán, México, te recibirá con brazos abiertos a lo largo de toda su costa. Para explorar por tu cuenta, alquila una motoneta. Descubrirás playas escondidas, ruinas maya y caminos poco transitados. La isla entera se recorre en menos de dos horas. Sin duda, Playa Palancar es una de las favoritas por ser privilegiada para practicar esnórquel.
No dejes de visitar el parque ecoturístico Punta Sur, la reserva ecológica más grande en Cozumel. En los manglares y selvas tropicales pululan flamencos salvajes que vuelan por la laguna, así como los peces que se escurren en las aguas y las iguanas que corren por doquier. Sube hasta lo alto de un faro para que disfrutes de unas maravillosas vistas panorámicas del mar Caribe.
Tu próxima visita debe ser a las ruinas mayas de San Gervasio, centro de peregrinaje donde los mayas veneraban a Ixchel, diosa de la medicina. Al llegar, te encontrarás en plena selva tropical, con varias estructuras esparcidas por toda el área. Después de dar varias vueltas por los senderos sagrados, llamados sacbe por los mayas de la antigüedad, verás un gran hoyo en el suelo, enmarcado con piedras y lleno de agua. Si le preguntas a algún lugareño, sonreirá y te contará que es un portal al “otro mundo”… o tal vez solo un cenote pequeño. El cenote es una fuente de agua que, según la mitología maya, es un portal al reino denominado Xilaba, o “el sitio de lo oculto”. La creencia era que estos hoyos los controlaban los dioses de la muerte y sus ayudantes. Es posible que el murmullo del agua de ese místico hoyo te hipnotice y llegue a sonarte como una bella canción… y pensarás que es mucho más que un mero cenote.
Para concluir tu visita a Cozumel, toma el tour a The Mayan Cacao Company para saborear una margarita de cacao. No será una visita de museo, sino una experiencia interactiva. No solo aprenderás sobre el cacao y su importancia para los mayas, que lo llamaban el “alimento de los dioses”: participarás activamente en el tour. Formarás parte de un ritual de purificación maya, harás tu propio chocolate con utensilios históricos y te prepararás una margarita de chocolate con tequila de la localidad. Entenderás que el chocolate no era solamente una golosina deliciosa sino también una valiosa moneda para los mayas.
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Conviértase en un experto en las islas del Caribe en su próximo crucero por el Caribe occidental.